Clínica dental Oviedo
Los antibióticos son los grupos de medicamentos más frecuentemente prescritos en la práctica odontológica.
Se recomiendan en primera instancia los antibióticos beta-lactámicos, que son muy eficaces contra los agentes patógenos orales y poseen un amplio espectro terapéutico. Todos los antibióticos beta-lactámicos conllevan un riesgo de alergias que se manifiestan como reacciones cutáneas.

La amoxicilina puede combinarse con el ácido clavulánico, unido a las beta-lactamasas, y se ha documentado una excelente eficacia frente a gérmenes odontógenos.
En los tratamientos con ácido clavulánico, se ha descrito un aumento de las enzimas hepáticas (¡cuidado en caso de hepatopatías existentes!).
Las lincosamidas, cuya sustancia principal es la clinadamicina, también son muy eficaces contra las bacterias odontógenas y presentan niveles altos en huesos y otros tejidos. Cabe considerar que la clindamicina es el antibiótico con más efectos gastrointestinales.
Las quinolonas (por ejemplo ciprofloxacino, levofloxacino y moxifloxacino), poseen una elevada liposolubilidad y alcanzan niveles tisulares elevados. Es eficaz contra agentes patógenos orales anaerobios, no obstante recientemente se ha referido el creciente desarrollo de resistencias, de forma que esta clase de sustancias se emplea más bien como alternativa.
Las cefalosporinas desempeñan un papel más bien secundario en el tratamiento de infecciones orales. No son superiores a las penicilinas básicas en odontología.
Los macrólidos (eritromicina) se consideran más bien como fármacos alternativos debido a su acción.
En odontología, se utiliza el metronidazol ya que es muy eficaz frente a los anaerobios. En caso de alcoholismo, puede presentarse su efecto secundario, el denominado efecto antabus (al administrarse alcohol y ciertos medicamentos conjuntamente, se inhibe el metabolismo del alcohol; esto hace que la concentración del alcohol etílico en sangre, aumente de manera desproporcionada lo que provoca una serie de manifestaciones clínicas desagradables en el paciente tales como náuseas, vómitos, sudoración y enrojecimiento de la cara, a los pocos minutos de la ingestión alcohólica).
En conclusión, en general las infecciones odontógenas son mixtas, es decir, participan varios tipos de gérmenes patógenos en el proceso.